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Campeonato Mundial de Atletismo París-Francia 2003
   
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SU LLEGADA AL PAIS | PARIS 2003

Guayaquil le dio cálida recepción
El público esperó al campeón mundial para decirle ¡Gracias!

30 de Agosto

Desde las 22:00 empezaron a llegar varias personas con carteles a favor del medallista Bolivariano, Sudamericano, Panamericano, Olímpico y Mundial Jefferson Pérez Quezada.

Pese a que el arribo del gran campeón mundial estaba previsto para las 23:30, desde tempranas horas un centenar de personas se agolpó en las afueras del aeropuerto internacional Simón Bolívar de Guayaquil para darle la bienvenida que merecía a Jefferson Pérez Quezada, medallista de oro en el campeonato mundial que aún se celebra en París.

Todo estaba debidamente coordinado con los periodistas, ya que la jefa de prensa del COE, Sandra López, había hablado previamente con todos, pero la organización se vino abajo cuando se le pidió al medallista que pase a la zona de Gold Pass, donde iba a recibir la bienvenida de la Primera Dama de la nación.

La primera dama aprovechó para resaltar las cualidades humanas y deportivas de Pérez, a quien le entregó una gran medalla a nombre del Innfa, entidad que preside.

Luego cundió el desorden, porque todos querían las primeras impresiones del campeón mundial, quien pese al cansancio tras haber viajado en avión más de 12 horas desde París, dijo que estaba muy agradecido de Dios por haberle permitido nacer en esta tierra.

Después, con su habitual esquema para romper cualquier protocolo establecido, se subió al capó de un auto para desde ahí saludar a los guayaquileños y agradecerles por estar junto a él pese a la hora; posteriormente, fue llevado hasta una camioneta, en cuya parte trasera, decorada con globos y guirnaldas, iba Jeff junto a la primera dama, Ximena Bohórquez, quien no se separaba del campeón.


El Campeón Mundial alborota a Cuenca


Con un retraso de 17 minutos, la aeronave proveniente de Guayaquil, que tenía previsto arribar a las 16h00, aterrizó en la pista del aeropuerto Mariscal Lamar. La desesperación por observar a Jeff  se hizo presente en la terraza y en los sectores aledaños de la terminal aérea, donde cientos de cuencanos se agolparon, para dar la bienvenida a su hijo predilecto.

Después de que siete pasajeros, incluido Fabián Pérez, hermano del medallista olímpico, bajaron por las escalinatas de la avioneta, apareció la delgada y menuda figura de Jefferson Pérez.


Después el campeón caminó tres metros y se confundió en un abrazo con su madre, Lucrecia Quezada, que se encontraba acompañada de monseñor Luna Tobar. Con brazos en alto Jefferson dirigió su mirada a los cuencanos que vitoreaban su nombre. “Jefferson campeón, te queremos, eres hijo de Cuenca”, se escuchaba por todos los sectores.


El marchista ecuatoriano se embarcó en una motobomba, en la cual inició la caravana por las principales avenidas de la ciudad, donde miles de personas aclamaban a su ídolo, Jeff  contagiado por la euforia de la fiesta y homenaje, dejó el vehículo momentáneamente y caminó junto a la gente que aprovechó para abrazarlo y felicitarlo.

En Cuenca retumbaban los aplausos y gritos de alegría de la ciudadanía en las calles, avenidas, oficinas y hogares de la capital del Azuay no se hablaba de otra cosa que no sean los triunfos de Pérez y su gran aporte para la ciudad y el país.

"No saben ustedes lo orgulloso que me siento de haber nacido en esta tierra. Cada vez que compito y ganó me pregunto porqué tengo tantas fuerzas para llegar a la meta", dijo Pérez a la multitud que lo aplaudía, y luego prosiguió: "Ahora entiendo porqué pasa eso. Porque la gente de Cuenca es así. Es luchadora, trabajadora, honesta y con ganas de superarse. Gracias por ser mis conciudadanos".

Balcones, ventanas, veredas, postes de alumbrado eléctrico, nada pudo incomodar a los cuencanos para observar y lanzar pétalos de rosas a Jeff. El ingreso triunfal de Jefferson por las angostas calles del centro de Cuenca fue impresionante, más personas se sumaron al homenaje, carros, motos, bicicletas y niños.

Recorrió las calles de su ciudad natal

“Prefiero estar allá abajo, con ustedes, con la gente que ha caminado día a día conmigo, que día a día ha corrido junto a mí por estas calles, y quiero que sepan que no soy ni más ni menos que un hombre de carne y hueso”, con esta frase el campeón mundial de 20 Km. marcha, Jefferson Pérez Quezada, empezó su agradecimiento a cerca de 15 mil personas que se agruparon en los bajos del edificio municipal de Cuenca para rendirle un homenaje por sus triunfos.

El campeón mundial de marcha recibió varios homenajes en la plataforma que se levantó frente al parque Calderón “El cambio somos nosotros”. Recordó sus participaciones y triunfos en las competencias internacionales.

Un niño de origen humilde, de apenas 7 años, con su madre, esperó desde las 16:00 a Jefferson Pérez, no quería perder la oportunidad de conocer al campeón. Su madre, Patricia Caiza, llevó en una funda la partida de nacimiento de Jefferson Peña, para mostrar que él nació un 26 de julio de 1996, justo a la hora que el marchista alcanzó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos Atlanta 1996. “Todos en la clínica gritaban el triunfo de Jefferson”, recuerda la mujer que ahora se vio “obligada” por su hijo a asistir al recibimiento. “Las enfermeras me sugirieron ponerle el nombre de Jefferson y acepté”, recuerda la mujer.

Los elogios no quedaron en el parque, estos se extendieron al estadio donde jugó la selección nacional, Pérez se colocó la camiseta del D. Cuenca y entró a la pista atlética para saludar a los veinte mil aficionados que en reciprocidad, se levantaron de sus asientos y le aplaudieron.

"No quiero que se formen ídolos de barro. Niños, soy de carne y hueso como ustedes", les dijo. En otra parte de su intervención señaló que está dispuesto a brindar charlas de motivación. "Hablaré con aquellos deportistas que deseen triunfar por defender al Ecuador, no a su bolsillo".

Una frase que estremeció fue: "Hace seis años renuncié el complejo de inferioridad que nos dejaron 500 años de dominación".


 

 

 

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